
Cuenca es poseedora de una sorprendente cantidad de templos religiosos católicos asentados sobre un espacio relativamente reducido, lo que por mucho tiempo le imprimió la fama de urbe conventual y religiosa en extremo. Los dos templos más antiguos son los que pertenecen a los Monasterios de las Conceptas y de la Asunción, que datan de las primeras décadas de la vida cuencana. Símbolo de su religiosidad se considera al primero, con la presencia de la espadaña de dos bandas construida sobre el segundo piso del frontispicio. Su volumetría, su concepción espacial y sus elementos ornamentales internos y externos se los explica como parte de un estilo colonial barroco de alto nivel estético.Dentro de la construcción de sus templos principales como las iglesias, encontramos estilos y detalles neoclásicos y barrocos en las fachadas de las iglesias. Materiales como el ladrillo y el mármol se pueden apreciar en las fachadas de la Catedral Nueva y de la iglesia de San Blas, también se aprecian obras hechas en base al estilo gótico con torres altas y detalles puntiagudos. Algunas de las iglesias españolas fueron cimentadas con piedras extraídas de los templos incásicos de la ciudad de Tomebamba. En las casas de la ciudad histórica se ven adornadas de molduras, pilastras, columnas y capiteles de varios estilos y grados de detalle, unas más humildes y otras más complejas pero todas mantienen el mismo estilo y dan a Cuenca un efecto arquitectónico armónico y continuo a lo largo de todo el centro.
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